junio 14, 2009

¡A COMER HUEVO!


El huevo ha sido tema de controversia durante muchos años, principalmente por el miedo que se ha creado a consumirlo, por su contenido de colesterol e incluso para mucha gente se ha vuelto un alimento prohibido. Sin embargo, hoy en día y gracias a muchas más investigaciones, podemos saber que no solamente el huevo es un alimento sumamente nutritivo, sino que su contenido de colesterol no tiene un gran impacto en nuestros niveles de colesterol en sangre, por lo que se aconseja consumirlo e incluirlo en nuestra dieta. Sí debemos considerar que por sí solo, el huevo contiene grasa por lo que esto si resulta un motivo válido para no consumirlo diariamente o en exceso, para no exceder el consumo de grasa y que a la larga repercuta en una mayor ingesta de calorías y grasa.
La recomendación de consumir 3-4 huevos por semana se mantiene vigente, sobre todo para personas que ya tienen niveles altos de colesterol o herencia -por padres o hermanos- de tener niveles altos de colesterol; es decir que si se acostumbra comer 2 huevos juntos, que este consumo sea de máximo 2 veces por semana y bien el resto se pueden consumir claras. Los niños pueden consumir 1 huevo diario sin riesgo alguno y contribuyéndoles de excelente manera en su nutrición. Para personas que tienen niveles altos de colesterol resulta más efectivo disminuir su consumo de alimentos altos de grasa saturada como carne de res, queso fuertes, lácteos enteros, pasteles, galletas y postres, así como alimentos fritos, empanizados o capeados, en lugar de omitir por completo el huevo.
El huevo, por partes:
Clara: Formada principalmente por agua, proteínas, vitaminas y minerales.
Yema : Aporta la tercera parte del peso total del huevo y su función biológica es la de proporcionar nutrientes y calorías, así como la vitamina A, la tiamina y el hierro.
Cáscara: Constituye entre 9 y 12 % del peso total del huevo. Posee un gran porcentaje de carbonato de calcio (94%) como componente estructural, con pequeñas cantidades de carbonato de magnesio, fosfato de calcio y demás materiales orgánicos incluyendo proteínas. En algunos lugares se muele y se consume en polvo.
Propiedades del huevo: La yema de huevo contiene 100% de carotenoides así como todas las vitaminas liposolubles (A,E,D y K)
 La yema contiene más del 90% de calcio, hierro, fósforo, zinc, tiamina, vitamina B6 y B12, ácido fólico y ácido pantotéico. Además contiene cobre, manganeso y selenio
 La clara es rica en magnesio, sodio, niacina, potasio y riboflavina, y es la que mayor cantidad de proteína contiene (3.6 g contra 2.7 g que contiene la yema)
 No contiene fibra ni carbohidratos.
 La yema de huevo contiene ácidos grasos omega-3 del tipo DHA -indispensables para el cerebro y la adecuada función de la retina del ojo- y ácidos grasos omega-6, que se necesitan para una adecuada reproducción, crecimiento y respuesta inmune, así como para mantener cabello y piel sanos. Ambos ácidos grasos son importantes en niños, mujeres embarazadas y lactantes, y a pesar de que los pescados de agua fría son ricos en DHA, no contienen omega-6.
 Sus carotenoides, luteína y zeaxantina ayudan a prevenir daños oculares como cataratas y ceguera.
 Aporta la sustancia llamada “colina”, la cual juega un importante parpel en la función cerebral (principalmente para ayudar al feto durante la gestación)
Como recomendación general, los huevos no deben consumirse crudos, por lo que hay que olvidar el famoso licuado con huevo, principalmente evitando la clara cruda, ya que contiene un inhibidor de la enzima digestiva “tripsina” que esta solo se destruye al calentarse, por lo que si se queda crudo, el huevo no se digiere adecuadamente. Además las claras contienen una sustancia llamada avidina, que hace que la vitamina del complejo B, biotina, no se absorba, que es una vitamina indispensable para la síntesis de ácidos grasos y mantener un adecuado equilibrio de la glucosa en el cuerpo, así como en durante el embarazo.

junio 07, 2009

ALIMENTACIÓN A PARTIR DE LOS 2 AÑOS

Alrededor de los 2 años -quizás un poco antes o un poco después- los niños suelen tener cambios fuertes en su ciclo de alimentación, quizás seas de los padres que ya ha batallado con tu hijo/a porque ya no quiere comer como antes o que la comida no le llama la atención y esto te preocupa.
La realidad es que esto es muy normal, ya que a partir de los 2 años aproximadamente, el crecimiento y desarrollo de tu hijo/a disminuye notablemente, es decir que ya no va a crecer ni aumentar de peso tanto ni tan drásticamente como lo hizo los primeros 2 años de su vida, por lo que esto hace que sus necesidades energéticas se estabilicen, además a esta edad, la comida no es su factor central y tienen muchos otros intereses, atracciones y a la vez distracciones.
¿Cómo lograr darle una alimentación adecuada a tu hijo/a que está en una edad “difícil” en cuanto a la comida?
El tamaño de sus porciones obviamente juega un papel importantísimo. Lo ideal es optar por porciones más pequeñas y dejar que se las termine y si quiere más ofrecerle más sin obligarlo a que se termine todo. La Asociación Americana de Dietética (ADA) recomienda una cucharada de cada alimento que se ofrece por cada año de vida, es decir que para tu hijo de 2 años ofrécele 2 cucharadas de pollo, 2 cucharadas de arroz y 2 cucharadas de alguna verdura o sopa y ve monitoreando como se maneja su apetito y saciedad y si pide más o queda satisfecho. No caigas en el juego de a la hora de haber terminado, darle alguna golocina o postre si aún indica tener hambre, mejor ajusta sus porciones y dale más comida.
No olvides revisar los horarios de comida, siendo fundamental que los niños tengan horarios establecidos para realizar sus comidas, ya que esto ayuda a que vayan desarrollando la sensación de hambre/saciedad. Verifica que cuando le das de comer a tu hijo no sea un lugar que lo estrese y que este relajado ya que muchas veces esta es la causa de que no quieran comer. Además debes averiguar si no ha estado comiendo dulces, jugos o golosinas antes de comer, ya que puede afectar su apetito.
Debes recordar que si no quiere comer en cierta hora, no debes obligarlo y probablemente a la siguiente comida ya tendrá hambre y querrá comer; si se la pasa horas sentado en su silla sin querer comer, se recomienda advertirle que si no termina de comer se le va a quitar el plato, actuando de forma muy natural y sin demostrar enojo ya que debes recordar que los niños son bien manipuladores. Lo que si debes considerar es sus gustos y lo que no le agrada, ya que si sabes que cierto alimento ya lo probó varias veces y no le gusta, no se lo des a fuerza, aunque puedes seguir intentando presentarle un poco de dicho alimento junto con uno que si le gusta. Cuando termine de comer procura animarlo y felicitarlo, pero sin hacer demasiado alboroto como para que agarre el hábito de hacer todos los días lo mismo.
Por ningún motivo se recomienda usar la técnica de “recompensa” en cuanto a si se come algo que no le agrada lo premias con dulces o helados, ya que condicionas a tu hijo a que debe comer la comida “fea” para llegar a lo “rico” y de esta manera distorsionas sus hábitos y su percepción de la comida y realmente no lo educas a comer nutritivamente. Asimismo nunca debes usar la comida como premio o castigo, es decir que si se come todas las verduras podrá comer postre o dulces o si no se come tal alimento no verá la televisión.
Recuerda que hay niños que son muy difíciles de complacer y que son más quisquillosos con la comida y mucho de esto depende de que tan consentidores hayamos sido con ellos o si cada que hace un berrinche por comerse algo que no quiere se lo permitimos. Desde su primer año pueden ir adquiriendo ciertas mañas para no comer algunos alimentos; a veces lo hacen para llamar la atención y sí les funciona, probablemente seguirán usando la misma maña. El hecho de que un niño/a sea quisquilloso con la comida, depende mucho de lo que aprende de los padres ya que si eres de los que pelan todas las frutas o les quitan las semillas, les pican el pollo y la carne, les calienten la leche varias veces y los complacen en todo lo que quieran o no quieran comer, seguramente tendrá problemas para probar de todo y hacer que coma de todo. Se debe ser firme con la educación que se les da en cuanto a la comida, no ser tan complaciente y darles a entender que no siempre podrán obtener todo como lo quieren o les gusta y que de igual manera se lo tienen que comer y hacerlos entender que la comida puede venir preparada de varios tipos, como por ejemplo que no solo pueden comer papas fritas y también las deben comer al horno o guisadas o que la leche no siempre va a tener chocolate.