febrero 25, 2007

¡MÉXICO OCUPA EL 2º LUGAR MUNDIAL EN OBESIDAD!

Este es un dato impactante pero cierto; después de Estados Unidos, México ocupa el 2º lugar en obesidad a nivel mundial y por sí fuera poco, el primero en Latinoamérica. Por sí esto no fuera alarmante, tenemos que sumarle que la ciudad de México es considerada como la ciudad con más obesos en el mundo. ¿Se imaginan esto? Ante toda la enorme lista de ciudades grandes e importantes del mundo, el DF tiene la mayor prevalencia de obesos a nivel mundial…al menos a mi esto me aterroriza, ya que como bien he hablado en artículos anteriores, la obesidad no se caracteriza por presentarse en un estrato socio-económico en particular ni en una raza en singular, desgraciadamente hoy en día cualquier persona puede presentar obesidad y aún más alarmante, cada día hay más niños y adolescentes con obesidad, que al menos que se actúe de forma inmediata, serán adultos obesos y tendrán enormes probabilidades de desarrollar enfermedades crónico degenerativas.
Siguiendo en el área de las cifras -con la finalidad de que después de leer esto creen más conciencia sobre el tema- continuaré por mencionar que el 70% de la población mexicana presenta sobrepeso y obesidad, de los cuales el 30% de las personas mayores de 20 años presentan obesidad. El sobrepeso en niños y adolescentes ya se presenta en 25% de estos, mientras que al menos el 10% presenta obesidad.
Como ya he mencionado en varios artículos, lo pavoroso de la epidemia de la obesidad es todos los riesgos que ocasiona, como las llamadas enfermedades crónico-degenerativas, las cuales vistas en números reales podemos decir que el 10.7% de la población mexicana presenta diabetes -ocupando el 7º lugar mundial-, casi el 31% de los mexicanos presenta hipertensión arterial, en cuanto a la hipercolesterolemia –niveles elevados de colesterol en sangre- el 25% de las mujeres lo presenta y el 30% de los hombres, mientras que la hipertrigliceridemia –niveles elevados de triglicéridos en sangre- se presenta en el 19% de las mujeres y el 32% de los hombres. El síndrome metabólico, que podríamos decir que es la suma de todas las condiciones antes mencionada y tiene como base principal a la resistencia a la insulina, se presenta en 13.6% de la población mexicana en base a los criterios de la Organización Mundial de la Salud, pero comparado con los criterios de los Institutos Nacionales de Salud de E.U. (ATP III) se presenta en 26.6% de la población mexicana. Todos estos datos se traducen en que cada día más personas sufren enfermedades cardiovasculares, infartos y embolias, cada día hay más personas con diabetes y con más complicaciones de esta enfermedad como insuficiencia renal, más enfermos de cáncer y más personas con problemas respiratorios y artritis, teniendo como detonador principal a la obesidad.
Quizás a muchos los números no les digan nada, pero en términos generales les puedo resumir que la situación esta realmente grave, por primera vez en la historia hay igual –o incluso más- casos de obesidad que de desnutrición. La realidad actual es que éstas “famosas” enfermedades crónico-degenerativas son las culpables de que hoy en día muera la gente y sí no hacemos algo para frenar esta epidemia, son las que nos van a matar a nosotros y muy probablemente a nuestros hijos.
Sin embargo, la solución no es fácil pero ante cualquier acción el primer paso es la prevención y aquí entra en juego la educación, que obviamente está principalmente en manos de los padres, pero también de las escuelas y de los medios de comunicación, ya que educando a los niños de hoy podremos prevenir a los adultos obesos del mañana.

Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 2006.

febrero 18, 2007

ALIMENTOS ORGÁNICOS…¡ESTÁN DE MODA!

Quizás se hayan dado cuenta que últimamente ha surgido “la moda” de los alimentos orgánicos, cada día encontramos más productos en los supermercados y tiendas especializadas. Productos como leche y lácteos, huevo, mermeladas, cereales, pastas, entre otros, son los más comunes e incluso ya encontramos frutas, verduras y productos de origen animal orgánicos, pero realmente ¿qué significa que un alimento sea orgánico? ¿simplemente que tenga el sello y qué cueste más caro? ¿qué hay detrás de esta etiqueta calificativa y como se comparan con un alimento no catalogado como orgánico?
En estos casos el término orgánico se refiere más que nada a la forma en que el alimento se cultivó y/o creció –como frutas, verduras y productos de origen animal- y por otro lado a como fue producido, donde generalmente no utilizan –o solamente lo indispensable- fertilizantes, pesticidas ni aditivos; en lo que a cultivos refiere evitan los aditivos y la radiación con iones, mientras que en la carne de pollo y res, los animales normalmente son crecidos sin hormonas ni antibióticos. En muchos casos se utilizan químicos que se encuentran de manera natural en el medio ambiente y funcionan como pesticidas para frutas y verduras, como sulfuro, cobre y nicotina, mientras que la composta y otros desechos orgánicos se usan como fertilizantes. Incluso se utilizan ciertos insectos que atacan a las plagas responsables de destruir o infectar algunas cosechas. Se ha visto que los productos frescos orgánicos contienen 50% más vitaminas, minerales y enzimas que los alimentos cultivados de forma regular, pero aún queda en duda.
En cuanto a los productos fabricados orgánicamente como cereales, pastas y panes, estos no contienen organismos genéticamente modificados (alteración de su genética o composición) ni aditivos.
Sin embargo, hasta el momento no hay suficiente evidencia científica que demuestre que el consumo de alimentos orgánicos sea más saludable o seguro para nosotros. Aunque visto desde la parte nutricional, si podría resultar más nutritivo el consumo de estos productos, sin embargo, no hay que irse con la finta de que todo lo que mencione ser orgánico realmente lo es, ya que también empieza a haber mucha manipulación de mercadotecnia y a menos que el producto esté certificado por la debida institución nos asegura que realmente lo es. La institución certifica que los productos cultivados tengan al menos el 50% de sus ingredientes producidos de manera orgánica y en los productos procesados, estos deben contener al menos 95% de los ingredientes orgánicos.
Al ser un alimento orgánicamente cultivado y producido, podría modificar su sabor y/o textura, aunque las comparaciones de la mayoría de los productos no han encontrado diferencias. Quizás tenga más relación a que la gente detecte las diferencias a las condiciones en que el alimento creció y su maduración, así como su almacenamiento.
Lo que sí es un hecho es que los alimentos orgánicos tienden a ser más caros ya que los costos de producción son más altos, por la manera especial en que se cultivan, almacenan y transportan, a las mayores pérdidas que hay debido a que los cultivos se descomponen más fácil por la falta de pesticidas y a que supuestamente son de mejor calidad y con un mayor control de producción.
Aún queda mucho por explotar sobre esta nueva tecnología por lo que es probable que con el tiempo estos productos sean más accesibles y se pueda saber a ciencia cierta si realmente nos trae beneficios a nuestras vidas.

febrero 11, 2007

¡QUÉ BARATO ES ENGORDAR!

Les ha pasado por la mente que hoy en día resulta bien barato engordar. Ya se que suena irónico y quizás hasta nos de risa pero más bien nos debería de dar pena pensar que cuesta más barato alimentarnos de comida chatarra que de comida nutritiva. Con solo pensar en las promociones de paquetes de hamburguesas o de palomitas, donde por unos pesitos más te dan el tamaño grande o extra-grande, obviamente nadie se puede resistir a esto y terminamos comiendo más por menos.
Además estamos viviendo en una época donde tristemente, el hecho de engordar también se ha vuelto “fácil, cómodo y accesible”, con sólo pensar en los coches, el control remoto, las ventanillas de comida rápida (donde uno ya ni se fatiga para bajarse del coche!) y hasta las lavadoras y secadoras automáticas, nuestra vida se ha simplificado y la realidad es que cada vez nos movemos menos. ¿Pero se han puesto a pensar cual es el costo de tener estas modernidades y facilidades en nuestra vida actual?
Sobra decir que hasta el realizar ejercicio se ha vuelto una complicación, porque por la mente de muchos pasa el hecho de que hay que pagar un gimnasio, o hay que comprar ropa y tenis especiales o hay que usar el coche (y gastar gasolina!), por lo que volvemos a lo mismo… el no hacer ejercicio es más barato!?!
¿Hasta que punto hemos llegado, que nuestra vida da vueltas alrededor de la escuela/trabajo, la computadora y la televisión? Creo que aquí entra en duda el hecho de que sí el coche y muchas otras de las tecnologías, realmente han venido a beneficiarnos o muy en el fondo, a ser la causa de obesidad y enfermedades crónicas en el mundo.
En México casi el 40% de la población presenta sobrepeso y 24.4% son obesos, uno de cada 5 niños presentan esta enfermedad; además México ocupa los primeros lugares –mundialmente- de Diabetes Mellitus y aún más grave, cada vez más niños desarrollan esta enfermedad, la cual antes solamente se atribuía a adultos. Sobra mencionar que cada día hay más casos de personas que desarrollan hipertensión arterial, dislipidemias –hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia- y enfermedades cardiovasculares.
Quizás en parte podemos culpar a la revolución industrial que aunque por un lado facilitó la vida de la gente, también nos volvió más inactivos, antes la gente caminaba para todos lados y la actividad de los niños era jugar en los parques y calles y ahora con el simple hecho de pensar que debemos subir 3 pisos o salir a jugar football nos agotamos. Además, los alimentos naturales fueron sustituidos por alimentos procesados perdiendo muchas de sus cualidades –y cantidades- nutritivas, agregándoles más cantidad de grasas y azúcar, es decir más calorías; nos hemos vuelto dependientes de los cereales de caja, los jugos industriales y la comida fácil, refriéndome con esto no sólo a la “comida rápida” sino alimentos congelados, enlatados, empacados y procesados.
No hace falta ser ningún genio para resolver el problema, ya que si ponemos en la licuadora un poco –o bastante- de inactividad, junto con una buena dosis de garasa y azúcar en exceso, nos va a dar una enfermedad llamada obesidad.
No es ningún secreto mencionar que tanto la obesidad como todas las enfermedades que ésta epidemia desencadena, pueden prevenirse, simplemente hay que crear mayor conciencia y empezar a actuar desde que los niños están pequeños y aplicarlo en toda la familia. Obviamente los padres tienen el rol principal, pero también está en las manos de maestros, educadores, publicistas y todos los medios que puedan llegar a los niños. Si les enseñamos a los niños que mientras hagan ejercicio pueden comer toda la cantidad de comida chatarra que quieran, estamos enviando un mensaje erróneo, porque el hacer ejercicio no es la solución. Hay que abandonar la idea de que los niños tienen “permiso o deben” comer comida chatarra –papas, golosinas, comida rápida- ya que más bien, al igual que todos, debemos consumir alimentos que nos nutran y nos contribuyan a una buena calidad de vida, sin arriesgar nuestra salud. Es importante transmitir el mensaje de que la combinación ideal está en comer saludablemente y hacer ejercicio y esto aplica desde los niños hasta los adultos mayores.
Así que a la siguiente vez que te ofrezcan aumentar el tamaño de tu comida por unos pesitos más, piénsalo 2 veces, ya que al final de cuentas lo barato sale caro.

febrero 04, 2007

OBESIDAD Y ANOREXIA EN LOS ADOLESCENTES ¿EXISTE RELACIÓN?

En México se ha registrado que 1 de cada 5 niños presentan sobrepeso y obesidad, mientras que se ha registrado que cerca de un 15% de los adolescentes presenta estos problemas, principalmente a causa de un aumento en el consumo de grasas y azúcares y un estilo de vida sedentario, ya que hoy en día, los niños y adolescentes mexicanos realizan 70% menos de actividad física que hace 30 años y casi la mitad de los niños y adolescentes entre 8 y 16 años ven de 3 a 5 horas de televisión diarias.
Por el otro extremo, se calcula que en países desarrollados y en grandes ciudades como el DF, alrededor de un 2 a 4 % de la población femenina padece un trastorno de alimentación, de los cuales, la mayor parte son comedores compulsivos. Alrededor del 65% de las mujeres en secundaria, preparatoria y universidad, llevan algún tipo de "dieta" –generalmente no adecuada-, así como los hombres de la misma edad. La anorexia nerviosa es la 3ª enfermedad crónica más común entre las mujeres adolescentes, y se calcula que ocurre en 0.5% a 3% de todos los adolescentes.
La obesidad y los trastornos alimentarios generalmente son vistos como dos problemas diferentes, que van por caminos separados, pero realmente están mucho más ligados de lo que pensamos y comparten muchas similitudes. Todos los problemas relacionados con el peso, donde se incluye a la anorexia, la bulimia, prácticas dietéticas inadecuadas, comer compulsivamente y la obesidad, se pueden ir entrelazando en la vida de una persona y suelen ser más comunes en las mujeres adolescentes. Suele ser común que las adolescentes presenten más de un trastorno alimentario a la vez o puedan progresar de uno al otro, es decir que atraviesen por etapas donde predomine la obesidad y eso las lleva a volverse anoréxicas o bulímicas, pasando por periodos de comer compulsivamente, para quizás luego regresar al problema de obesidad. Varios estudios han demostrado que un problema personal y/o familiar de obesidad puede ser causante del desarrollo posterior de bulimia, enfermedad caracterizada por periodos de atracones de comida mezclado con inducción de vómito y consumo de laxantes o pastillas; cabe mencionar que las personas que tienen el problema de comer compulsivamente –atracones- y luego no vomitan, tienden a ganar mucho peso y es cuando entran en el círculo de obesidad. Los trastornos alimentarios y la obesidad generalmente son causados por razones emocionales como estrés, depresión, ansiedad, baja autoestima o el sentirse solos.
La adolescencia es una etapa muy difícil en lo que a nutrición refiere, ya que además de todos los cambios hormonales, corporales y emocionales por los que atraviesan, los adolescentes se vuelven mucho más independientes, inseguros y fáciles de influenciar por los medios y amigos. El sentirse insatisfechas con su imagen corporal y estar haciendo dietas inadecuadas o prácticas que ponen en riesgo su salud, como saltarse comidas, no comer por días o tomar laxantes está íntimamente ligado al desarrollo de trastornos alimentarios y obesidad en las adolescentes.
La sociedad en la que vivimos tampoco ayuda mucho, ya que los medios de comunicación, la familia y la presión de los amigos pueden estar mandando mensajes erróneos sobre la comida y el peso a los niños y adolescentes. La actual sociedad idealiza a las personas delgadas y estigmatiza a las obesas; sin embrago, alimentos altamente calóricos y el exceso de grasa, abundan en el mercado y son los más publicitados, cuando al mismo tiempo los niveles de actividad física están por los suelos. La familia juega un papel importantísimo ya que hijos de padres obesos tienen mucho más probabilidades de convertirse en obesos, mientras que hijas de madres que se la viven a dieta, están más susceptibles a hacer dietas tempranas y, sí el mensaje es erróneo, los lleva a desarrollar algún trastorno alimentario.
¿Cuáles son los riesgos en la salud?
Los trastornos alimentarios pueden llevar a desarrollar que el crecimiento de los adolescentes se interrumpa, retrasos en la menstruación, daño a órganos vitales como corazón y cerebro, deficiencias nutrimentales, paro cardiaco, problemas emocionales como depresión y ansiedad, entre otros.
La obesidad en los adolescentes puede desarrollar que de adultos sean obesos y/o aumenten el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes, embolias, cáncer, artritis, problemas respiratorios, así como problemas emocionales como depresión y ansiedad.
¿Qué podemos hacer como padres si mi hijo presenta un trastorno alimentario?
El primer paso es reconocer y aceptar que su hijo presenta un problema y necesita ayuda para evitar más complicaciones. Es necesario que acudan con algún médico o especialista para evaluar el estado de salud y nutrición de su hijo y recibir una orientación profesional.
Las principales recomendaciones para manejar la obesidad así como los trastornos alimentarios en los adolescentes son:
+ Comenzar con un programa de pérdida o ganancia de peso, dependiendo el caso el cual generalmente es apoyado por una nutrióloga o un doctor. Se recomienda apoyo psicológico para tratar los problemas emocionales.
+ Llevar una dieta balanceada, con alimentos nutritivos, haciendo 3 comidas y alguna colación en el día, evitando la comida chatarra, el exceso de grasa y azúcares.
+ Hacer algún tipo de actividad física y pasar menos horas enfrente de la T.V o computadora.
+ No usar la comida como castigo o recompensa.
¿Qué podemos hacer para prevenir estas complicaciones?
Como padres debemos ayudar a los adolescentes a desarrollar hábitos y actitudes saludables. Sin embrago, el cambio de hábitos nunca resulta fácil ya que la mayoría de los hábitos los traemos bien establecidos desde pequeños; sin embrago, el hacer el cambio hacia una dieta más saludable y hacer actividad física regular puede beneficiar tanto al adolescente como a la familia, mejorando su salud, aportándole más energía y dándole una mejor calidad de vida.
Como padre, debemos ser un modelo a seguir para nuestros hijos, debemos evitar hábitos poco saludables, estarse quejando de su apariencia corporal, usar alimentos que no les permiten (como refrescos o papas) o usar la comida como premio/castigo.
Debemos ayudar a nuestros hijos a que controlen lo que comen y aprendan a reconocer cuando ya están satisfechos, es un error obligarlos a dejar el plato limpio, ya que esto los educa a que deben de comer más de lo que puedan.
También resulta útil hacer las comidas en familia y evitar que estas sean enfrente de la TV o cada quien a deshoras. Hay que hacer de las comidas una actividad familiar para que entre todos desarrollen buenos hábitos y una alimentación saludable.
Hay que mantenerse al tanto de los cambios emocionales de los hijos, ya que si llegan a presentar periodos largos de depresión, ansiedades, agresiones, los podría llevar a desarrollar algún trastorno alimentario. No hay que dudar en pedir ayuda profesional.
Es bien importante educar a los hijos desde pequeños a que realicen alguna actividad física, quizás de inicio que prueben varias opciones para que decidan la que más les gusta y motiva. Además es importante limitarles el tiempo que pasan frente a la T.V y computadora.