mayo 21, 2008

ALIMENTOS ENLATADOS

Los alimentos enlatados han estado de cierto modo satanizados, sea por los rumores que se han creado sobre su riesgo de desarrollar algunas enfermedades, por los conservadores que llevan o lo poco nutritivos que son. Sin embargo, la realidad es que estos alimentos no son tan malos como los pintan e incluso resultan ser bastante nutritivos, prácticos, en muchas ocasiones económicos y con la ventaja de que a pesar de no ser la temporada de algún alimento (como mangos o alcachofas) siempre los podemos conseguir. Los enlatados pueden formar parte de una alimentación saludable y con “parte” me refiero a que obviamente hay que consumir alimentos frescos y perecederos y darle variedad a la alimentación.
El proceso de enlatado es simplemente un método para preservar los alimentos y por el modo en que los alimentos son enlatados, usando temperaturas específicas y una cocción exacta, ayuda a que muchos de los nutrimentos, incluidos vitaminas y minerales se preserven y no pierda muchas de las propiedades que contiene el alimento.
La mayoría de los alimentos enlatados son empacados de esta manera, inmediatamente después de la cosecha, momento en el cual los nutrimentos están más concentrados y es el alimento es de mejor calidad. El enlatado es una excelente manera de mantener las vitaminas ya que muchas de estas tienden a eliminarse o disminuir a la mitad a la semana de haber sido cosechados, pero sí se enlatan estas se mantienen. Por ejemplo, en el caso de la vitamina C y el ácido fólico que ambas son vitaminas muy delicadas, aunque hay una mínima pérdida en el momento de la cosecha, las concentraciones de estas vitaminas permanecen constantes a lo largo de la vida de anaquel de los productos.
Esto a la vez ayuda a que en ciertas épocas del año cuando frutas y verduras están más caras aunque sea de los enlatados podemos obtener suficiente cantidad de vitamina C. De los frijoles o chícharos enlatados podemos obtener buena fuente de ácido fólico, de algunas carnes o embutidos enlatados nos aportan hierro y zinc y de pescados enlatados como sardinas o atún nos proporciona calcio. Los jitomates enlatados tienen mucho más cantidad de licopenos (antioxidante) que los jitomates frescos.
Uno de los enormes beneficios de los enlatados es que el alimento puede durar hasta 2 años sin echarse a perder y conservando las mismas propiedades. Tiene la ventaja de que es fácil de almacenar sin necesitar refrigeración, pudiéndose llevar a prácticamente cualquier lado como la oficina o de viaje o campamento. Uno de los mitos más comunes es sobre las latas golpeadas que desarrolla un microorganismo que produce Botulimso, sin embargo hoy en día se usan materiales altamente higiénicos y aprobados para uso alimentario que difícilmente puede llegar a provocar esto, sin embargo si vas a tomar una lata del supermercado y esta golpeada mejor cambiarla, pero si recién se calló en tu cocina antes de abrirla, no pasa nada.
A los enlatados se les ha creado la fama de tener demasiada sal, pero gracias a la tecnología hoy en día muchos se enlatan con agua en lugar de salmuera, sin embargo se recomienda que todas las verduras enlatadas se enjuaguen antes de usarse para quitarle los restos que podrían contener. Asimismo las frutas enlatadas han sido subestimadas por su cantidad de azúcar, pero igualmente ya muchas se enlatan en su propio jugo y ni en almíbar o bien se pueden enjuagar antes de consumirse. Incluso ya se pueden encontrar versiones que tienen menos sal o sin sodio o enlatados orgánicos, pero la realidad es que los enlatados casi nunca contienen conservadores, se conservan únicamente de la manera tan eficiente en que son enlatados justo cuando se cosechan o se terminan de cocinar (como los frijoles).
Así que hay que quitarnos un poco el miedo del uso de los enlatados e incluirlos en la dieta por cuestiones prácticas, económicas y nutritivas, pero sin abusar de estos.