febrero 28, 2009

ORTOREXIA..CUANDO COMER TAN SANO SE VUELVE UNA OBSESIÓN

Hoy en día ya no solo se habla de anorexia y bulimia como parte de los trastornos alimentarios, sino que ha surgido un nuevo concepto conocido como “ortorexia” que se define como la adicción a la comida saludable y aunque hoy en día el comer saludablemente lo vemos muy normal, esto puede llegar a convertirse en una obsesión hasta causar problemas en la salud por desnutrición o deficiencias. La diferencia entre la anorexia y la ortorexia es que la primera se refiere a la cantidad de comida que se consume (o más bien que se evita) y la segunda está relacionada con la calidad de la comida. Al igual que el resto de los trastornos alimentarios, la ortorexia se ha visto más comúnmente en las sociedades occidentales, ya sea por moda, obsesión por las dietas o la obsesión por un cuerpo perfecto
Fue el médico Steven Bratman quien designó este término en 1997, el cual se deriva del griego ortos y orexis significando “apetito correcto”
Una de las características principales de este trastorno es que la persona se obsesiona con la comida en el sentido de los ingredientes que contiene, evitando las grasas, azúcares, conservadores y aditivos así como productos animales. Esto obviamente lo lleva a tener una “dieta” sumamente estricta y a volverse muy quisquilloso con su alimentación, a tal grado que puede perjudicar su estado físico y mental.
Es una realidad que hoy en día todos tenemos cierto grado de preocupación por comer más sano, algunos de forma muy básica y otros casi con maestría y mucho de esto se debe obviamente al estilo de vida que llevamos, la influencia social y al elevado número de enfermedades y muertes relacionadas con el sobrepeso como los infartos de corazón, diabetes, hipertensión, colesterol elevado, entre muchas otras. Sí nos quedamos en una simple preocupación –pero obviamente con ocupación- sobre comer más sano, se pueden lograr muchos beneficios y prevenir muchas enfermedades, pero cuando el hecho de comer se convierte en una preocupación por la calidad de los alimentos y no por el placer de comerlos o el disfrute de estos (sean sanos o no), esto se vuelve un trastorno. Definitivamente es muy fácil pasar de un lado al otro y difícilmente darse cuenta por lo que hay que saber identificarlo a tiempo.
¿Y tu o alguien cercano que conozcas presenta ortorexia? … Identifícalo
- Hay una obsesión compulsiva por consumir únicamente alimentos sanos y naturales y cuando llega a consumir algún alimento no permitido se siente culpable
- Generalmente eliminan alimentos de origen animal, grasas y azúcares y optan únicamente por alimentos que sean orgánicos o probióticos
- La preparación de los alimentos requiere de una técnica especial o de cortar las frutas o verduras de una manera específica o incluso cocinar en ciertos utensilios especiales, como madera o cerámica.
- Suelen ser personas con comportamientos obsesivo-compulsivo y las personas con antecedentes de otro trastorno alimentario tienen más predisposición a presentarla.
- Nunca se salen de su “dieta” ni en ocasiones especiales
- Suelen rechazar invitaciones a comidas, eventos o reuniones que impliquen comida, por lo que su vida social se ve perjudicada y limitada.
- Generalmente su vida gira alrededor de la comida y de poder conseguir justo lo que necesitan o pueden consumir, implicando con esto el tener que recorrer muchas tiendas o grandes distancias para encontrar justo la comida necesaria, ya sea en tiendas especializadas o mandando a hacer algo específico.
- Pueden llegar a tener carencias nutricionales por deficiencias de vitaminas liposolubles (provenientes de las grasas), anemia (a falta de productos de origen animal), u otras vitaminas y minerales.
Esta nueva definición de trastorno aún se encuentra en investigación y estudio, sin embargo muy probablemente pronto se escuche más sobre esta, por lo que hay que estar al pendiente.

febrero 24, 2009

SECRETOS DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA…QUE NO QUIERE QUE SEPAMOS

Seamos realistas…la industria alimentaria ha manipulado la información de los productos durante muchos años y sigue haciéndolo, e incluso esto ha aumentado debido al incremento de productos que encontramos y que más consciencia sobre la salud y nutrición. Pero con el fin de que sigamos comprando los productos y nos vayamos con la finta de lo que la etiqueta dice, la industria alimentaria ha sabido muy bien como escondernos la realidad atrás de los empaques. Quizás leyendas como “pan sin colesterol” o “caramelo sin grasa” nos llama la atención y por eso lo compramos pero la verdad es que el pan nunca ha tenido colesterol ni el caramelo grasa; veamos a fondo como nos han venido engañando:
1) La industria alimentaria no quiere que sepamos que su cálculo de calorías muchas veces no es el correcto. Esto no porque lo calculen mal, sino que para mantenerse en los rangos saludables que establece la Secretaría de Salud o la FDA muchas veces empacan más cantidad del que menciona tener por lo que la porción que terminamos comiendo es mayor a la que está calculada o bien productos artesanales o “light” no tienen una etiqueta nutrimental confiable ya que los valores de plano no concuerdan con lo que estas comiendo.
2) La industria alimentaria no quiere que sepamos que para que un producto este certificado por las diferentes Asociaciones de Salud (corazón, diabetes, etc) tiene que pagar por esto. Por lo que muchos productos que no cuentan con este certificado si son aptos para la salud.
3) Nos esconden la realdad de los Corn Flakes: Este cereal de hojuelas que lleva en el mercado más de 100 años se ha visto que puede elevar la glucosa en sangre mucho más rápido que consumiendo azúcar simple y esto resulta muy peligroso en todas las personas que presentan diabetes.
4) Muchas compañías de cereal no quieren que sepamos que muchos de sus cereales “nutritivos” tienen mucho mayor cantidad de azúcar que los azucarados, eso sí, los anuncian con más fibra y sin colesterol pero tienen azúcar en exceso lo que ya no lo hace tan nutritivo
5) Los supermercados no quieren que sepamos que mientras más largas las filas en las cajas más terminamos comprando, sobre todo los productos que ponen al lado de las cajas, que terminan siendo los dulces, chocolates, papas y refrescos. Así mismo la forma en que acomodan sus productos esta diseñada para que compremos más, como poner los huevos, leche y pan casi al final para tener que pasar por muchos otros pasillos.
6) La industria alimentaria no quiere que sepamos que en muchas ocasiones, mientras menos grasa contengan los cortes de carne, pollo o pavo más sodio contienen. Esto se debe a que las partes con menos grasa tienden a ser menos jugosas y para evitar que estas secas, muchas empresas les inyectan una solución de agua que contiene sal y otros nutrimentos para ayudar a preservar estos cortes y mejorar su imagen
7) Compañías de galletas o papas no quieren que sepamos que las versiones “light” o con menos grasa muchas veces es puro engaño, ya que la mayoría de los productos “light” terminan teniendo más carbohidratos o proteínas que la versión original, pero eso sí con menos grasa, que si lo vemos desde el punto de vista nutricional no siempre resulta lo mejor. Quizás resulta mejor comerte el original pero en menor cantidad y así disfrutarlo tal como es.
8) Compañías productoras de bebidas y jugos no quieren que sepamos que muchas de sus bebidas “saludables” como tés o bebidas sin azúcar no siempre resultan lo más saludable, ya que finalmente tienen muchos químicos y algunas bebidas como tés ni siquiera tienen un buen aporte de antioxidantes que es como los promueven y en ocasiones tienen un exceso de calorías, por su contenido de azúcar.
9) La industria alimentaria no quiere que nos enteremos que muchos de los aditivos que contienen los alimentos pueden hacer que los niños se pongan hiperactivos. Especialmente hablando de colorantes y conservadores que se ha visto que tienen un efecto estimulante en los niños, como el amarillo 5 y 6 o el rojo 40 o el benzoato de sodio, que pueden estar en algunos cereales, dulces y refrescos.
Como verán, no hay que dejarnos engañar por todo lo que la etiqueta menciona, hay que recordar que mientras menos ingredientes contengan los producto más saludables son.
Fuente: Zinczenko David. Eat This Not That. USA, 2009.

febrero 10, 2009

HAZ LAS COMPRAS SABIAMENTE


Hoy en día tenemos tantas opciones de productos, una gran variedad de supermercados y una vida muy ajetreada, por lo que en esta ocasión diseñé una guía para hacer las compras de forma práctica e inteligente, para comprar solo lo necesario, comprar cosas nutritivas y no gastar o desperdiciar demasiado.
Siempre ve al supermercado o mercado con lista en mano, para que únicamente compres lo necesario, según los menús planeados que piensas preparar en la semana y evitar comprar cosas de más o por antojo. Además te ayudará a ahorrar tiempo en el super para que no te pasees por todos los pasillo y que no gastes demás. Procura comprar todo lo necesario para la semana, para que no estés regresando varias veces durante la semana, ya que terminarás comprando y gastando más.
Nunca vayas al super con hambre, ya que comprarás más de lo que necesitas o caerás en la tentación de comer algo en el super y muchas veces esto resulta en papas, pan o galletitas. Procura ir después de comer o comer antes una ligera colación.
Escoge el supermercado o mercado que más te acomode y que más se ajuste a tus necesidades y economía. Además procura ir a hacer las compras en horas no pico para que no esté tan lleno que no puedas decidir que comprar o te estreses de tanta gente que hay; la mejor hora para ir al supermercado es temprano en la mañana o tarde en las noches o bien en hora pico de algún programa de televisión popular.
Cuando escojas los productos, revisa las etiquetas. Busca productos menos procesados, que no contengan grasas trans ni sean muy altos en grasas saturadas, que contengan fibra y la menor cantidad de azúcar (si en los ingredientes el azúcar o la fructosa aparece en los primeros lugares mejor evítalo), que sean ricos en vitamina C, A y D, así como potasio, hierro, magnesio y calcio.
No termines comprando todo en tamaño familiar ya que probablemente es más de lo que necesitas y te sobrará mucho y al final terminarás gastando más. Opta por las marcas libres o similares de productos que sueles comprar, ya que generalmente son mucho más económicos.
Considera que los alimentos preparados, pre-cortados o pre-cocidos, como comidas preparadas, algunas verduras como lechuga lavada lista para usar o pollo congelado precocido, pueden llegar a ser más caros.
Compra lo que está en “temporada”, las verduras y frutas son más baratas y sabrosas cuando están en temporada. Cuando compres fruta revisa su madurez, ya que algunas como los aguacates, plátanos, peras, mangos, duraznos, papaya, melon, piña, siguen madurando aun después de haberse cosechado, por lo que dependiendo cuando lo vayas a consumir escoge su madurez. Procura escoger fruta de diferentes colores para darle más variedad a tu alimentación y recuerda que la fruta más pequeña suele tener más sabor, además asegúrate que se vea fresca, no mallugada, de un color uniforme, que no esté muy aguada o con muchas manchas.
Al momento de comprar productos de origen animal, asegúrate que sea en un supermercado o mercado que los mantenga frescos y limpios; si te huele muy fuerte (ya sea pescado o incluso el pollo) no lo compres. Verifica el color, la carne roja debe tener un color rojo brillante, el cerdo rosita-grisácea, la ternera un rosado oscuro. Al comprar pollo asegúrate que si piel se vea blanca-cremosa o amarillita, que no tenga moretones o manchas ni plumas, que se vea fresca y húmeda, no seca o apachurrada. Cuando compres pescado asegúrate que el olor no sea muy fuerte, que si aprietas una parte del pescado no se quede marcada, que sus aletas se vean bien formadas y no agrietadas o que se vaya a desmoronar, que se vea brilloso y no tenga un color verdoso.