noviembre 21, 2004

COMIDA RÁPIDA ¿DE TODAS CUÁL ES LA MENOS PEOR?




Es un hecho…existen peores alimentos que la comida rápida. Al contrario de lo que mucha gente cree, esta comida no equivale a comida chatarra.
Es cierto que la mayoría de la comida rápida tiene cantidades enormes de calorías, grasa y sodio y, normalmente es pobre en fibra, calcio y vitaminas A y C. En cuanto a “beneficios nutrimentales” contiene cierta cantidad de proteína y algunas vitaminas y minerales. Aunque la comida rápida no es veneno, podemos decir que no es lo más nutritivo que uno puede comer; sin embargo, tampoco hay que ser tan radicales como en el documental de “Superengordame” y demandar a estas cadenas por ser la causa de la obesidad y no volver a pisar uno de estos restaurantes en su vida, ya que algunos no son “tan malos” y de todos podemos encontrar una opción menos peor!

De lo más “saludable” se encuentran los sándwiches y tortas. Una cadena americana de sándwiches se hizo famosa gracias a los anuncios de personas que mostraban cómo comiendo estos sándwiches de 12 pulgadas bajaron de peso. Y no es que estos sándwiches no engorden, sino el truco está en los ingredientes, ya que sí los pedimos de alguna carne fría –de preferencia pavo- en lugar de alguna ensalada preparada, sin queso ni mayonesa, pueden resultar muy nutritivos.
Sí el antojo de hamburguesas es muy grande, hay que procurar pedirlas sencillas, en lugar de dobles o extragrandes. Sí nos saltamos el queso, el tocino o las salsas cremosas nos podemos ahorrar varias calorías, e incluso nos podemos exceder de lechuga, jitomate, pepinillos y mostaza.
En cuanto a hamburguesas, resultan una mejor opción las de pollo asadas que podemos encontrar en muchos de los restaurantes de comida rápida. Lo que más debemos evitar son las hamburguesas de pollo o pescado empanizadas y los nuggets de pollo, ya que estos contienen mucha más grasa que las hamburguesas y están hechas de productos mucho más procesados.
Otro alimento que no es de los más óptimos, son las papas fritas…serán una delicia y muy tentadoras, pero son una bomba de azúcar con grasa y sal. Sí morimos de ganas de comernos unas, hay que procurar pedir una orden chica o compartirla con alguien.
Sí creemos que las ensaladas son la mejor y más saludable opción de estas cadenas, hay que pensarlo dos veces. Dependiendo de los ingredientes que tengan y sumándole el cremoso aderezo, pueden resultar mucho más engordativas que una hamburguesa. Efectivamente pueden ser muy nutritivas siempre y cuando las pidamos sin crutones ni tortillas, que tengan muchas verduras, que sea de pollo asado en lugar de frito, evitar los quesos amarillos y ponerle solo la mitad del aderezo –si es posible pedir el que no tenga grasa o el light- y preferir mejor salsas tipo mexicana o pico de gallo.
En cuanto a las bebidas, lo que más queremos evitar es tomarnos 900 ml de un refresco con pura azúcar o las espesas malteadas. Podemos mejor escoger un te helado no endulzado –mejor ponerle el azúcar o canderel por aparte- o una limonada.
Finalmente…los postres irresistibles! en su mayoría son extremadamente altos en azúcar y grasa y estoy segura que podemos aprovechar de forma más nutritiva y sabrosa todas esas calorías que estaríamos “desperdiciando" en una galletita o un pie. Sí la ansiedad es muy grande, lo menos peorcito resulta un helado simple –es decir sin chocolate ni cajeta- en barquillo.
Y como mencionan en “Superengordame”, hay que mantenernos alejados de los superpaquetes que por $5 nos dan un chorro de grasa y mucho más gramos de azúcar de lo que nuestro cuerpo necesita.
Pero la realidad es que, como su nombre lo dice, esta comida es rápida, satisfactoria y relativamente barata y, para mucha gente es imposible evitar. Así que como el anuncio de las bebidas, nada con exceso…todo con medida y a escoger las mejores decisiones – o las menos peores- de esta comida rápida.

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