julio 10, 2005

CAFEÍNA ¿AFECTA O AYUDA NUESTRA SALUD?

La cafeína es un estimulador que ha formado parte de la dieta humana desde hace cientos de años. Existen registros que desde hace 5000 años los chinos tomaban tés, en África hace 2500 años se utilizaban los granos de café como moneda y, en América los aztecas preparaban bebidas con cocoa.
Esta sustancia vegetal natural se encuentra en semillas, hojas y frutas, entre estos los granos de café, cocoa, hojas de té y semillas de cola; nosotros la consumimos principalmente en productos como el café –ya que por ser estimulante puede mantenernos alertas y por eso lo tomamos por las mañanas-, el chocolate, los refrescos y los tés. Asimismo, la cafeína es usada como ingrediente de muchos medicamentos y como saborizante.
Hoy en día, las bebidas y alimentos que contienen cafeína han ido creciendo y cada vez se han popularizado más los lugares de cafés y las bebidas que “te energetizan”. A pesar de que el tomar bebidas con cafeína se puede volver un hábito, se ha visto que la cafeína no es adictiva, por lo que dejar los refrescos o el café no debería ser tan difícil como dejar el cigarro.
A lo largo de los años, se han realizado muchos estudios que tratan de relacionar a la cafeína con la salud, sin embargo no existe evidencia científica que ratifique que el consumo moderado de cafeína disminuye los riesgos de ciertas enfermedades, como cáncer, problemas cardiovasculares o efectos de nacimiento, ni tampoco se ha demostrado que la cafeína cause problemas de déficit de atención en los niños.
Algo que es cierto, es que las bebidas con cafeína no son una buena fuente de líquidos, ya que la cafeína puede tener un efecto diurético, lo que puede provocar mayor pérdida de agua por la orina. Tal como vimos hace un par de semanas en el artículo de calcio, la cafeína causa que este mineral se excrete en la orina, y aunque realmente no es tanto –se pierde como 1 cucharita de leche por cada taza de café- si lo sumamos a lo largo de los años si podría ser una gran cantidad la que se pierde, por lo que para contrarrestar este efecto es mejor ponerle más leche al café, que agua.
Por otro lado, un consumo excesivo de cafeína podría provocar “temblorina”, ansiedad e insomnio e incluso puede provocar taquicardias; estos efectos físicos de la cafeína no duran mucho, ya que esta sustancia no se acumula en el cuerpo y al cabo de 4 horas se logra eliminar. El termino “excesivo” varía de persona en persona y la “sensibilidad de cafeína” depende de varios factores como la cantidad y frecuencia en que se consume la cafeína, el peso corporal, la condición física y el nivel de ansiedad, mientras que la tolerancia a la cafeína se puede desarrollar a lo largo del tiempo. Para la mayoría de los adultos sanos, un consumo moderado de cafeína –200 a 300 mg/día- es bien tolerado y generalmente no provoca ningún síntoma.
Como parte de una dieta nutritiva y saludable, la mayoría de las personas podemos disfrutar en moderación de bebidas y alimentos que contienen cafeína, pero para las personas que tienen problemas para dormir o se “aceleran” con la cafeína, es mejor evitar su consumo. Asimismo, la cafeína se debe evitar cuando existe algún padecimiento como hipertensión, gastritis o úlceras, ya que la cafeína estimula la producción de más ácido en el estómago y puede aumentar la irritación de este.
Durante el embarazo y la lactancia se debe evitar por completo la cafeína, ya que la sensibilidad de esta sustancia aumenta y la cafeína puede pasar al bebé a través de la placenta o la leche y, provocarle algún daño. A mayor edad la sensibilidad también aumentar y la cafeína podría ser más dañina.
Si eres de aquellos que están muy acostumbrados a consumir alimentos y bebidas con cafeína, y decides cambiar a bebidas descafeinadas, el cambio hay que hacerlo gradualmente ya que nuestro cuerpo se acostumbra a la cafeína y al dejarla de trancazo puede provocar dolores de cabeza y mareos durante los primeros días. Una buena opción podría ser mezclar café cafeinado con descafeinado o tomar café instantáneo -que contiene menos cafeína- o en el caso del té, dejarlo hervir por menos tiempo para evitar tomar más cafeína de la deseada y en cuanto a los refrescos –ya sean de cola o de cualquier otro sabor- hay que disminuir su consumo, ya que la mayoría tienen una gran cantidad de cafeína. Además, hay que leer las etiquetas de las medicinas, ya que como muchas contiene cafeína, con una dosis del medicamento podríamos estar ingiriendo la misma cantidad que en 2 tazas de café. Lo que definitivamente hay que evitar son las bebidas que te da energía, porque la cantidad de cafeína que contienen es excesiva, al igual que la cantidad de glucosa y aminoácidos, que en conjunto podrían ser riesgosos para la salud.

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