enero 22, 2006

NUTRICIÓN DURANTE LA ADOLESCENCIA

Definitivamente la adolescencia es una etapa muy difícil en lo que a nutrición refiere, ya que además de todos los cambios hormonales, corporales y emocionales por los que atraviesan, los adolescentes se vuelven mucho más independientes, inseguros y fáciles de influenciar por los medios y amigos. En esta etapa los padres pierden casi por completo el control que puedan tener sobre la nutrición de sus hijos y conforme van creciendo cada vez son menos los alimentos y bebidas que consumen en casa. Es probable que los adolescentes tengan algunas bases sobre nutrición y alimentación saludable, sin embargo, en esta edad gana sobre la balanza lo que es la presión social, los horarios de la escuela, el sentirse completamente independientes, la falta de disciplina y una percepción poco realista de su peso, lo que los puede llevar a tener malos hábitos alimentarios, malas decisiones sobre lo que comen y en casos extremos, a poner en riesgo su salud por algún problema de trastorno de alimentación. La realidad es que los adolescentes quieren vivir el presente al máximo y no hacen conexión entre la influencia que pueden tener los hábitos de alimentación y ejercicio con la salud de su futuro. La adolescencia es una etapa crítica de la vida ya que seguido de la infancia, es el periodo de crecimiento más rápido de la vida. Este periodo de crecimiento esta marcado por la pubertad y es diferente entre cada niño; en las mujeres generalmente comienza a los 12 o 13 años y en los niños entre los 14 y 15 años. El crecimiento de un adolescente va más ligado a sus genes que a su alimentación; sin embargo, el llevar una dieta saludable influye en que el adolescente crezca a su tope máximo o se quede más bajo de talla. Un tema que vale la pena mencionar, es la furia por las dietas –sobre todo en las mujeres- ya que por lo mismo de la presión social y los cambios en su cuerpo, los adolescentes comienzan a hacer dietas, en su mayoría incorrectas, siendo estrictas y deficientes en numerosos nutrimentos y, en muchos casos usando medicamentos, lo cual todo esto puede perjudicar fuertemente su crecimiento.
Los nutrimentos -no un alimento en particular- influyen en el crecimiento adecuado de una persona. Debido a esto, la cantidad de energía y nutrimentos aumentan para cumplir con la demanda del crecimiento y hay ciertos nutrimentos que juegan un papel sumamente importante en este periodo. La cantidad de calorías (1) varía de persona a persona y se ve influenciado por su actividad física y estilo de vida, pero en promedio un niño de entre 11 y 14 años necesita de 2200 a 2500 calorías/día, mientras que entre los 15 a 18 años esto aumenta de 2500 a 2800 calorías; las mujeres adolescentes –entre 11 y 18 añostambién necesitan más calorías que en la infancia, siendo de aproximadamente 2000 a 2200 calorías. Es importante comprender que el aumento de calorías entre la infancia y la adolescencia implica que la cantidad de alimentos debe aumentar, pero este deben ser principalmente de hidratos de carbono complejos –frutas, verduras, cereales integrales- o alimentos de origen animal bajos en grasa y no de alimentos altos en grasa o azúcar.
Generalmente los adolescentes se quedan cortos en su dieta en dos nutrimentos que son muy importantes en este periodo: el calcio y el hierro. A diferencia de lo que muchos piensan, el calcio durante la adolescencia es un mineral indispensable, ya que en esta etapa, a pesar de que se llega a la estatura máxima, los huesos siguen formándose más densos y fuertes y es en este momento cuando se forma más de la mitad de la masa ósea para la etapa adulta. Es importante incluir en la dieta diaria mínimo dos raciones de leche o yogurt descremados, así como quesos suaves, tortilla de maíz, brócoli, entre otros.
En relación al hierro, muchos adolescentes –especialmente las niñas- presentan pocas reservas o incluso deficiencias por su mala elección de alimentos o por restringir la comida por estar a dieta. Un signo clave es que el adolescente siempre este cansado, ya que sí no tiene suficiente hierro en la sangre, no hay hemoglobina para que transporte el oxígeno y a consecuencia no hay energía. Es fácil encontrar el hierro en los alimentos, simplemente hay que consumirlos: carne de res, pollo, mariscos, leguminosas y verduras de hoja verde con vitamina C (¡Espinacas como las de Popeye con un poco de limón!) o incluso muchos alimentos –jugo de naranja, cereales- que ya están fortificados con hierro.
(1) Las recomendaciones de calorías están basadas en una persona que presenta un peso normal y únicamente necesita mantener su peso y tener un crecimiento adecuado; si la persona presenta sobrepeso la ingesta de calorías debe ser menor.

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