marzo 13, 2005

¡A DISMINUIR NUESTRO CONSUMO DE SAL!

El hecho de comer de una forma nutritiva y saludable, no necesariamente significa que tenemos que dejar de comer todos los alimentos que nos gustan y que la comida no tenga sabor. Sin embargo, aquí juega un papel muy importante el consumo de sodio, ya que sin darnos cuenta -en la mayoría de los días- nuestro consumo de sal excede de 10 a 35 veces la cantidad que necesitamos. El sodio forma parte de la mayoría de los alimentos y bebidas y, a pesar de que es un mineral importante en nuestro cuerpo, porque ayuda a regular el balance de líquidos corporales, a mantener una presión sanguínea adecuada, a relajar los músculos y a transmitir los impulsos nerviosos, sólo necesitamos 500 mg de sodio al día.
Pero seguramente se preguntaran ¿nosotros más bien consumimos sal? Esto es cierto, pero debemos entender que el sodio es un componente de la sal, que está formada por 40% de sodio y 60% de cloruro; sí nosotros consumimos 1 cucharita de sal, estamos ingiriendo 2300 mg de sodio, que vendría siendo casi 5 veces lo que necesita nuestro cuerpo.
El consumo excesivo de sodio en la dieta puede ocasionar que nuestro cuerpo empiece a retener demasiados líquidos, provocando que nos hinchemos y esto a la vez, provoca que el corazón tenga que trabajar más fuerte para irrigar la sangre a todo el cuerpo. Además, el exceso de líquido puede elevar la presión sanguínea y resultar más difícil de controlar, incluso con medicamentos.
La principal fuente de sodio de nuestras dietas viene de la sal que se le agrega a la comida cuando se cocina o la que le agregamos en la mesa. Otra gran parte del consumo de sodio proviene de alimentos procesados -comida rápida, congelados, embutidos- botanas, sopas y verduras enlatadas y de condimentos. El resto del consumo lo obtenemos de la sal que contienen los alimentos de forma natural.
En condiciones normales no tenemos de que preocuparnos, ya que nuestros riñones se encargan de regular los niveles de sodio en el cuerpo. En personas sanas, los niveles de sodio no se llegan a concentrar demasiado -incluso cuando consumimos de más- ya que nuestro cuerpo se deshace de este exceso por medio de la orina y el sudor, por lo que es probable que cuando nos excedamos vayamos más veces al baño y nos de más sed. Sin embargo, existen casos en que los riñones no funcionan adecuadamente y el sodio en exceso no se puede excretar adecuadamente y es cuando ocurre la retención de agua y el hinchazón; normalmente se hinchan las piernas, pies y la cara, lo cual se conoce como edema.
Tanta insistencia en no excederse en el consumo de sodio va más que nada ligado hacia mejorar nuestros hábitos alimentarios y prevenir que nuestros riñones trabajen en exceso, ya que la relación de que la sal provoca hipertensión no está completamente comprobada y esto más bien ocurre en personas que tienen sensibilidad al sodio. Sin embargo, sí es una realidad que para aquellos que ya presentan hipertensión o problemas cardiovasculares, deben disminuir su consumo de sal para evitar cualquier riesgo.
La moderación es la clave para mantenernos saludables, ya no necesitamos agregarle tanta sal a la comida y podemos empezar a cambiar nuestros hábitos para recortar nuestro consumo. Incluso sí nunca retenemos líquido ni nos hinchamos y nuestra presión esta normal, es bueno empezar a cuidarnos lo antes posible.
Aunque no existe una recomendación diaria de sodio (RDA) se recomienda que el consumo sea menor a 2400 mg de sodio, donde esto incluye la sal de los alimentos y bebidas y, la que le agregamos a la comida.
Para empezar a disminuir nuestro consumo es importante tomar conciencia y escoger una dieta moderada en sodio; se recomienda hacer los cambios paulatinamente para que nos acostumbremos y realmente los llevemos a cabo. Además, cuando estamos moderando nuestro consumo de sal, es importante fijarnos en el consumo total de nuestra dieta y no solo en la cantidad que contiene cierto alimento, aunque para esto resulta útil ver las etiquetas nutrimentales para saber la cantidad de sodio que tiene..ojo, este dato viene en mg y normalmente es por 1 ración por lo que hay que hacer el cálculo si consumimos más raciones. También debemos de limitar nuestro consumo de salsa soya, Maggi, inglesa o glutamato-monosódico.
Así que el primer paso es probar la comida antes de echarle sal y en muchos casos sirve quitar el salero de la mesa y mejor usar más especies, hierbas y limón.

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