diciembre 03, 2006

GASTRITIS: EL MAL DE NUESTROS TIEMPOS

Hoy en día, rara es la persona que nunca ha presentado algún síntoma relacionado a la gastritis. Culpemos al medio ambiente, al estrés, el acelere en que vivimos o la manera en que nos alimentamos, pero desgraciadamente la gastritis es el mal de nuestros tiempos y puede llegar a ser tan grave –gastritis crónica- que nos puede afectar nuestras actividades diarias, nuestro rendimiento y desarrollar más daños.
Se entiende por gastritis como la inflamación e irritación de la mucosa gástrica. Sí ésta enfermedad se prolonga, las paredes del estómago se vuelven muy delgadas, llevándolas a secretar básicamente moco y muy pocos jugos gástricos (digestivos). Cuando esto ocurre, el estómago no puede producir una sustancia conocida como factor intrínseco, el cual es necesario para absorber la vitamina B12 que obtenemos de los alimentos y es indispensable para la formación de glóbulos rojos, por lo que una deficiencia de esta vitamina nos puede ocasionar una anemia.
Con gran frecuencia los síntomas aparecen después de la ingestión de los alimentos o condimentos a los cuales la persona es sensible (irritantes principalmente), cuando comemos muy rápido o cuando hay alguna alteración emocional (estrés, nervios, etc). También puede ser ocasionado por el consumo excesivo de alcohol o cigarro. Otra causa común es la infección por la bacteria Helicobacter pylori o el uso de algunos medicamentos como antibióticos o antinflamatorios para el tratamiento crónico de la artritis.
Los principales síntomas son dolor o molestia en la boca del estomago, como el sentimiento de tener un agujero en el estómago que puede drásticamente aumentar o disminuir el hambre, así como acidez, agruras y reflujo, dolores de cabeza, indigestión y en casos más severos puede incluso provocar vómito. En ocasiones también se pueden presentar episodios de diarrea y cólicos; las molestias generalmente son peores después de comer que es cuando la digestión no se realiza con éxito por falta de ácidos gástricos y la irritación, o cuando pasamos muchas horas sin alimentos porque se produce demasiado moco.
Como quizás muchos ya habrán oído varias veces, una dieta para controlar o mejorar la gastritis esta basada en evitar irritantes, donde se incluye el alcohol y cigarro, refrescos, bebidas carbonatadas, café y bebidas cafeinadas, chocolate, irritantes y condimentos, así como el exceso de grasa y alimentos fritos. Alimentos ácidos (como naranja y toronja) y picantes pueden irritar el estómago de la misma manera que sí nos ponemos chile o limón en una cortada. Asimismo debemos evitar el consumo excesivo de carnes rojas, embutidos, alimentos ricos en grasa y proteína, para tener una mejor digestión.
Se ha visto que alimentos como frutas no cítricas (como papaya, que incluso tiene propiedades que actúan como la enzima pepsina que ayuda a la digestión), arroz integral, pasta, papa, y yogurt con acidófilus pueden ayudar a calmar las molestias.
Lo más recomendable es consumir comidas más pequeñas pero más frecuentes, es decir hacer comidas fraccionadas (3 comidas moderadas y 2 colaciones), para evitar permanecer con el estomago vacío muchas horas y que esto produzca más molestias o acidez. Además resulta de ayuda masticar bien los alimentos y comer despacio, ya que así no sobrecargamos el estómago y permitimos una adecuada digestión.
Debemos estar atentos de algún alimento que produzca de forma repetida molestias digestivas de cualquier tipo, ya que existen alimentos que afectan a unos pero a otros no, por lo que no hay nada escrito de lo que pueda empeorar la gastritis, sin embargo, si nos damos cuenta que comiendo un alimento varias veces nos sentimos mal, es mejor excluirlo de la dieta.
Si cambiando nuestra alimentación las molestias no mejoran es señal de que deben acudir al médico, para que les prescriba los medicamentos adecuados, aunque para calmar las agruras y la acidez los antiácidos (como Tums® o Melox®) pueden sacarnos del apuro y aliviarnos por un tiempo. Otra cosa que ayuda mucho es relajarnos, recuerden que el estrés es una de las principales causas, por lo que no vale la pena acabarnos el estomago con corajes y nervios!

No hay comentarios.: