noviembre 13, 2005

NUTRICIÓN DURANTE LA LACTANCIA



La decisión de amamantar es completamente personal y en caso de que decidas hacerlo debes estar consciente de que esto involucra una buena nutrición para que tu bebé obtenga todos los nutrimentos que necesita a través de tu leche. Al igual que en el embarazo, las necesidades de energía y de algunos nutrimentos aumentan durante esta etapa. Las reservas de energía para la leche se obtienen de 2 fuentes: la energía que se obtiene de las reservas de grasa que se ganaron en el embarazo y la energía –calorías- extra que se debe consumir de los alimentos. Para producir leche, tu cuerpo gasta entre 100 y 150 calorías al día y esto influye en que muchas veces la lactancia ayuda a que las mamás bajen de peso.
Las ventajas de la lactancia son muchas tanto para la mamá como el bebé:
* En la mamá…contribuye a la pérdida de peso ganado durante la gestación, ayuda a que la involución uterina sea más rápida, reduce el riesgo de cáncer de mama, forma un vínculo afectivo con el bebé, es una manera muy práctica, cómoda y disponible de darle de comer el bebé.
* En el bebé…adquiere inmunoglobulinas (defensas), la leche materna es un alimento desarrollado especialmente para el bebé aportándole los nutrimentos necesarios, forma un vínculo afectivo con la mamá.
* Como ventajas generales se tiene que la leche materna es disponible en cualquier momento y a cualquier temperatura, no necesita procesos especiales de limpieza ni esterilidad y es prácticamente gratis, a diferencia de que la fórmulas son muy costosas.
La succión del bebé es el principal promotor para la secreción de la leche, por lo que mientras más se pegue la mamá al bebé más fácil puede ser que baje la leche y que el bebé succione mejor. Sin embargo, a pesar de las ventajas, el inicio de la lactancia puede resultar doloroso para muchas mujeres y si la madre está estresada, angustiada de que no le sale la leche o simplemente no disfruta amamantar, pueden ser motivos de una mala producción de leche y de que el bebé no quede satisfecho.
Hasta la fecha no se conoce ningún alimento en específico que aumente la producción de leche como algunas tradiciones indican (atoles, tés, leche de almendra, evitar tomar agua mientras se amamanta).
Llevar una dieta con suficiente energía y líquidos para satisfacer la producción de leche materna es lo más recomendable; en promedio la producción de leche es de 750 ml/día y ésta implica un enorme gasto de energía. Se recomienda que una mujer lactante lleve una dieta con 500 calorías extras de una dieta normal y consuma entre 750 a 1000 ml de agua adicionales a su consumo habitual. Sin embargo, estas calorías extras varían entre las mujeres, ya que hay que evaluar si es necesario dar más o menos energía, dependiendo de la actividad física, la ganancia que tuvo en el embarazo y la calidad de la leche.
Definitivamente cuando se está lactando no es momento de hacer una dieta para bajar de peso. Si tu dieta es de <1800 calorías, es probable que no estés consumiendo todos los nutrimentos que necesitas y esto puede afectar en la producción y la calidad de tu leche y por lo tanto en la nutrición de tu bebé. El bajar de 1 a 2 kg por mes no afecta la producción de leche pero más de 2 o 3 kg al mes –a partir del segundo mes- no es recomendable.
Uno de los nutrimentos más importantes que hay que cuidar durante la lactancia es el calcio, ya que es la fuente principal de la leche y si no tenemos un buen aporte comenzamos a utilizar el calcio de nuestros huesos para suministrar el de la leche. Lo recomendable es consumir de 2 a 3 porciones de leche al día y muchas veces se necesita un suplemento. Si durante el embarazo tomaste un multivitamínico, quizás tu doctor te recomiende seguir tomándolo durante la lactancia.
Se recomienda que las bebidas cafeinadas -refrescos, café, té- y el chocolate se consuman lo menos posible, ya que la cafeína si pasa a la leche materna, pero ocasionalmente 1 taza de café tampoco afecta tanto. En cuanto al alcohol y el cigarro, estos si deben evitarse por completo, ya que estas sustancias pasan directamente a la leche materna y pueden causar graves daños al bebé. Además, hay ciertos alimentos como la cebolla, el ajo, el brócoli, la coliflor, la col, las leguminosas y los chiles o picantes que pueden afectar el sabor de la leche materna y causar que el bebé se inquiete o deje de querer la leche, por lo que es mejor evitarlos o consumirlos esporádicamente; hay algunos alimentos –frutas y verduras específicamente- que pueden cambiar el color de la leche pero sin causar ningún daño.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias que interesante información...

Unknown dijo...

Gracias que interesante información...