febrero 11, 2007

¡QUÉ BARATO ES ENGORDAR!

Les ha pasado por la mente que hoy en día resulta bien barato engordar. Ya se que suena irónico y quizás hasta nos de risa pero más bien nos debería de dar pena pensar que cuesta más barato alimentarnos de comida chatarra que de comida nutritiva. Con solo pensar en las promociones de paquetes de hamburguesas o de palomitas, donde por unos pesitos más te dan el tamaño grande o extra-grande, obviamente nadie se puede resistir a esto y terminamos comiendo más por menos.
Además estamos viviendo en una época donde tristemente, el hecho de engordar también se ha vuelto “fácil, cómodo y accesible”, con sólo pensar en los coches, el control remoto, las ventanillas de comida rápida (donde uno ya ni se fatiga para bajarse del coche!) y hasta las lavadoras y secadoras automáticas, nuestra vida se ha simplificado y la realidad es que cada vez nos movemos menos. ¿Pero se han puesto a pensar cual es el costo de tener estas modernidades y facilidades en nuestra vida actual?
Sobra decir que hasta el realizar ejercicio se ha vuelto una complicación, porque por la mente de muchos pasa el hecho de que hay que pagar un gimnasio, o hay que comprar ropa y tenis especiales o hay que usar el coche (y gastar gasolina!), por lo que volvemos a lo mismo… el no hacer ejercicio es más barato!?!
¿Hasta que punto hemos llegado, que nuestra vida da vueltas alrededor de la escuela/trabajo, la computadora y la televisión? Creo que aquí entra en duda el hecho de que sí el coche y muchas otras de las tecnologías, realmente han venido a beneficiarnos o muy en el fondo, a ser la causa de obesidad y enfermedades crónicas en el mundo.
En México casi el 40% de la población presenta sobrepeso y 24.4% son obesos, uno de cada 5 niños presentan esta enfermedad; además México ocupa los primeros lugares –mundialmente- de Diabetes Mellitus y aún más grave, cada vez más niños desarrollan esta enfermedad, la cual antes solamente se atribuía a adultos. Sobra mencionar que cada día hay más casos de personas que desarrollan hipertensión arterial, dislipidemias –hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia- y enfermedades cardiovasculares.
Quizás en parte podemos culpar a la revolución industrial que aunque por un lado facilitó la vida de la gente, también nos volvió más inactivos, antes la gente caminaba para todos lados y la actividad de los niños era jugar en los parques y calles y ahora con el simple hecho de pensar que debemos subir 3 pisos o salir a jugar football nos agotamos. Además, los alimentos naturales fueron sustituidos por alimentos procesados perdiendo muchas de sus cualidades –y cantidades- nutritivas, agregándoles más cantidad de grasas y azúcar, es decir más calorías; nos hemos vuelto dependientes de los cereales de caja, los jugos industriales y la comida fácil, refriéndome con esto no sólo a la “comida rápida” sino alimentos congelados, enlatados, empacados y procesados.
No hace falta ser ningún genio para resolver el problema, ya que si ponemos en la licuadora un poco –o bastante- de inactividad, junto con una buena dosis de garasa y azúcar en exceso, nos va a dar una enfermedad llamada obesidad.
No es ningún secreto mencionar que tanto la obesidad como todas las enfermedades que ésta epidemia desencadena, pueden prevenirse, simplemente hay que crear mayor conciencia y empezar a actuar desde que los niños están pequeños y aplicarlo en toda la familia. Obviamente los padres tienen el rol principal, pero también está en las manos de maestros, educadores, publicistas y todos los medios que puedan llegar a los niños. Si les enseñamos a los niños que mientras hagan ejercicio pueden comer toda la cantidad de comida chatarra que quieran, estamos enviando un mensaje erróneo, porque el hacer ejercicio no es la solución. Hay que abandonar la idea de que los niños tienen “permiso o deben” comer comida chatarra –papas, golosinas, comida rápida- ya que más bien, al igual que todos, debemos consumir alimentos que nos nutran y nos contribuyan a una buena calidad de vida, sin arriesgar nuestra salud. Es importante transmitir el mensaje de que la combinación ideal está en comer saludablemente y hacer ejercicio y esto aplica desde los niños hasta los adultos mayores.
Así que a la siguiente vez que te ofrezcan aumentar el tamaño de tu comida por unos pesitos más, piénsalo 2 veces, ya que al final de cuentas lo barato sale caro.

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